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La evolución de las prácticas de mantenimiento no ha escapado de las herramientas digitales y permite acelerar la productividad en la manufactura.
El Mantenimiento Productivo Total (TPM) es una estrategia de origen japonés, introducida en 1971 por el Instituto Japonés de Mantenimiento de Plantas. Este sistema busca maximizar la productividad al involucrar a toda la organización en el mantenimiento de los equipos. Con la incorporación de tecnologías digitales, el TPM ha evolucionado, transformando las dinámicas industriales.
Abelardo Oropeza, Gerente Comercial de Fracttal, explicó en entrevista que “hoy día, herramientas digitales como el Internet de las Cosas (IoT) y los modelos de mantenimiento predictivo permiten a las empresas acortar tiempos de respuesta y anticipar fallas, reduciendo costos asociados a la inactividad no planificada”.
Vea la entrevista completa en video con Abelardo Oropeza
Actualmente, la falta de estrategias efectivas de mantenimiento genera pérdidas de hasta 2 millones de pesos anuales para las manufacturas debido a paros inesperados.
Según Oropeza, la clave del TPM moderno está en la “simbiosis entre el personal de producción y mantenimiento, donde ambos comparten responsabilidades, como inspecciones periódicas y la alimentación de bases de datos. Esto facilita la mejora continua en los procesos”.
El avance tecnológico ha hecho accesibles soluciones como sensores IoT en equipos críticos y no críticos. Estas herramientas no solo recogen datos en tiempo real, sino que, mediante análisis automatizados, pueden detonar acciones correctivas de manera inmediata. “Estamos avanzando hacia un mantenimiento proactivo, donde los datos se convierten en decisiones automáticas basadas en inteligencia artificial”, afirmó Oropeza.
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La capacitación del personal también ha cambiado radicalmente. “Antes, la implementación de TPM requería una inversión significativa de tiempo. Hoy, gracias a las plataformas móviles, el personal puede gestionar procesos desde sus dispositivos, acortando el tiempo de implementación y mejorando la disponibilidad y el rendimiento de los equipos”, detalló Oropeza.
A pesar de estos avances, Oropeza subraya que la adopción del TPM debe ser continua y adaptativa: “Es una metodología que llama a las empresas a integrar la mejora continua como marco esencial, con soluciones 360 que pongan
al cliente en el centro”.
El futuro del TPM está vinculado a la explotación de datos para optimizar la calidad y la productividad. Las empresas que adopten esta estrategia con una visión tecnológica tendrán ventajas competitivas significativas en un entorno industrial cada vez más digitalizado.
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